Mahonesa o mayonesa: historia, origen y el papel del aceite de oliva suave en su sabor único

MayonesaMahonesa o mayonesa: historia, origen y el papel del aceite de oliva suave en su sabor único

La salsa mahonesa (también conocida como mayonesa) es uno de los emblemas de la cocina internacional, pero su origen ha sido motivo de debate durante siglos. Existen dos teorías principales sobre su procedencia: una española, vinculada a Mahón (Menorca), y otra francesa.

Origen menorquín

Se dice que la mahonesa nació en Mahón, la capital de Menorca, durante el siglo XVIII. En 1756, cuando los franceses ocuparon la isla durante la Guerra de los Siete Años, el duque de Richelieu probó una salsa local hecha a base de huevo y aceite y quedó fascinado. La llevó a Francia, donde fue bautizada como “mahonnaise” en honor a Mahón. Esta versión está bien documentada y es respaldada por historiadores gastronómicos españoles.

Origen francés

Algunos chefs franceses sostienen que el nombre podría derivar de palabras como “moyeu” (yema de huevo en francés antiguo) o de la ciudad de Bayona (“bayonnaise”). Sin embargo, no existen evidencias claras de que la salsa se usara en Francia antes de la ocupación de Mahón.

Conclusión histórica

La mayoría de los estudiosos serios y expertos, como el gastrónomo Néstor Luján o el historiador Vázquez Montalbán, coinciden en que el origen más probable de la mahonesa es Mahón (Menorca). El cambio del nombre de “mahonesa” a “mayonesa” se debe a la adaptación francesa “mayonnaise” y su popularización internacional.

El protagonista secreto: el aceite de oliva suave

Aunque los huevos son fundamentales para la textura de la mahonesa, el ingrediente que realmente marca la diferencia en sabor y cremosidad es el aceite. El aceite de oliva suave aporta un delicado toque afrutado que permite que los sabores del huevo y los condimentos se integren de forma equilibrada. A diferencia de otros aceites más intensos, el aceite de oliva suave no domina el paladar, sino que potencia la riqueza y la untuosidad de la mahonesa, convirtiéndola en la base perfecta para sus múltiples derivados: alioli, tártara o mayonesa con hierbas. Usar un aceite de calidad como el aceite de oliva de La Española garantiza que cada cucharada sea un equilibrio perfecto entre sabor y textura.

Salsas irresistibles que nacen de la mahonesa

La mahonesa no solo brilla por sí misma, sino que también sirve como base para crear una infinidad de salsas deliciosas y versátiles. Su textura cremosa y su sabor suave permiten que se combine con otros ingredientes, hierbas y especias, dando lugar a versiones que realzan cualquier plato, desde ensaladas y pescados hasta aperitivos y tapas. A continuación, te presentamos algunas de las salsas más populares que parten de la mahonesa como ingrediente principal.

Salsa mahonesa tradicional emulsionada a mano

Ingredientes:

Elaboración:

  1. Disponemos las yemas de huevo en un mortero o bol pequeño, añadimos una pizca de sal, y opcionalmente unas gotas de limón o vinagre. Empezamos a batir con una cuchara de madera o una varilla pequeña, siempre en la misma dirección, lenta y constantemente.
  2. Agregamos el aceite de oliva suave La Española en hilo muy fino, poco a poco, sin dejar de batir. La emulsión se irá formando lentamente, continuamos hasta incorporar todo el aceite de oliva, o hasta alcanzar la textura deseada. Una vez obtenida la salsa, rectificamos la acidez y el sazonamiento al gusto.

Usos recomendados: Pescados cocidos, mariscos, ensaladas, aperitivos, carnes frías, verduras cocidas. O también como base para la elaboración de salsa derivadas de la mahonesa.

Salsa mahonesa actual

Ingredientes:

Elaboración:

  1. Colocamos todos los ingredientes en el vaso de nuestra batidora de brazo Magefesa, comenzando por el huevo y continuando con el aceite de oliva suave La Española, el vinagre y la sal.
  2. Introducimos el brazo de la batidora hasta el fondo del vaso, seleccionamos potencia media – baja si nuestra batidora dispone de selector, y sin mover el brazo, batimos durante unos 10 ó 15 segundos, hasta que veamos que la parte inferior del vaso está emulsionando.
  3. En ese momento, subimos lentamente el brazo de la batidora mientras seguimos batiendo, para que la emulsión absorba el resto del aceite. En pocos segundos obtendremos una mahonesa densa y estable.
  4. Rectificamos la acidez y el sazonamiento si fuese necesario
  5. Conservamos en frío (4°C) hasta el momento de servir.

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