Cómo conseguir unas patatas asadas bien crujientes por fuera

La patata asada perfecta es crujiente por fuera y tierna por dentro. Conseguir que quede perfecta es más sencillo de lo que piensas. Sigue estos sencillos pasos y mejorarás tu técnica en un momento.

  • Para conseguir el dorado crujiente del exterior, no vale cualquier tipo de patata. Lo que necesitas es una patata de tipo harinoso, como la variedad Russet. Las patatas Russet  son tiernas pero consistentes, lo que les hace ideales para este tipo de asado.
  • Ya que las patatas tardan en cocinarse, pre-cocerlas es siempre útil para lograr un mejor resultado. Córtalas ligeramente en el tostado final para asegurarte de que alcanzan una textura interior suave y cremosa. Pela y corta las patatas. Intenta cortarlas al mismo tamaño para evitar que se cocinen más unas que otras. Colócalas en una cazuela con agua fría y añade un poco de sal. Enciende el fuego y cuando el agua comience a hervir, déjalas cocer unos 15 minutos. Cuando estén listas, retira el agua.
  • Añade un chorro generoso de aceite de oliva, regando todas las patatas para asegurarte de que se doran en el horno y no se pegan a la cazuela. Siempre que sea posible, opta por aceite de oliva virgen extra, ya que además de ser mejor para la salud aportará un sabor intenso a las patatas. Precalienta el horno a 170°C, pon el aceite en una sartén  e introdúcelo en el horno hasta que esté caliente, aproximadamente unos 5 minutos. Una vez que el aceite está caliente, añade las patatas, mezclándolas bien hasta asegurarte de que están totalmente cubiertas por el aceite.

Tuesta las patatas durante 30 minutos. Dales la vuelta y continúa tostándolas por el otro lado 30 minutos más o hasta que queden bien doradas. Sazona con sal gruesa. Cocina durante 5 minutos antes de servir.

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